Centro de
Animación Juvenil
CULTIVAN DO PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN
EN CONTEXTOS SOCIO-COMUNITARIOS
Hace
42 años, un 28 de mayo de 1977, nace en la Ciudad de Valera una organización
social y comunitaria con un profundo deseo de convertirse en una expresión de
organización comunitaria autónoma comprometida en cultivar la participación de
la gente. El Padre José Ángel Divassón – Hoy Obispo Emérito de Puerto Ayacucho, el Profesor Abilio López, la Hna Sor Rosalba
Ruíz junto con algunos jóvenes de los barrios de San Luis dieron inicio a esta organización de inspiración
salesiana y cristiana, que progresiva y rápidamente se enlazó con otros jóvenes
de distintas comunidades populares de Valera.
Han
sido muchas las personas del estado Trujillo que han pasado por esta
experiencia o han recibido algún beneficio formativo del trabajo que se realiza
y que expresan, de alguna forma u otra, el agradecimiento por haber tenido la
oportunidad de aprender y crecer en
valores cristianos, políticos y educativos. Desde los fríos páramos de los municipios Boconó y Urdaneta, hasta las
lejanas comunidades rurales del municipio Escuque y Eje Panamericano de la zona
baja, pasando por las comunidades populares de San Rafael de Carvajal, Motatán,
y de manera especial el municipio Valera en su diversidad de contextos
socio-comunitarios, en ellos y otros municipios, el CAJ ha dejado su huella
educativa.
UN CONTEXTO QUE OPRIME.
Nuestra
conciencia cristiana, que llama a denunciar todo aquello que oprime y subyuga
la dignidad de las personas nos hace mirar la realidad con ojos críticos y
darnos cuenta de la hora de mengua social, política y económica como
resultado de años de corrupción, indolencia y desidia del gobierno. Vemos con
dolor como se ha desmantelado la democracia en la nación y se ha instaurado un
sistema totalitario y dictatorial, que responde a los intereses económicos
egoístas de quienes dirigen al gobierno ilegítimo, contando con la venia de una
clase militar, que igualmente ha sucumbido a las mieles del poder olvidándose
del juramento de defender los intereses de la nación. Como consecuencia de años
de esta inmoral práctica gubernamental, tenemos a un país en la banca rota con
toda la tragedia humana que hay detrás de ella.
El clamor de un pueblo que
suplica y exige respeto a sus derechos humanos más elementales lleva al
CAJ, a
decir junto a San Arnulfo Romero,
Obispo y Mártir de América Latina, “En nombre de Dios, pues, y en nombre de
este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más
tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios; Cese la
Represión"
UNA
ACCIÓN BASADA EN LA ESPERANZA.
Como
organización cimentada en la fe llamada a ser sal y luz en la vida de la gente,
en función de darle sabor y color a la realidad que se vive, a cada paso que se
asume con visión compartida como grupo o comunidad, buscando reivindicaciones que
les permita acceder a mejores condiciones de vida, procurando el respeto y el
disfrute de sus derechos enalteciendo la dignidad de la persona y el respeto al
Estado democrático y social de derecho y de justicia,
premisas que se han perdido en lo que llevamos de siglo XXI, pero como hijos de
Dios colmados de esperanza, debemos fortalecer el quehacer ciudadano de forma
organizada, persistente y en alianza con otros actores.
En
este sentido, el Centro de Animación Juvenil dentro de su quehacer desarrolla
uno de sus proyectos en la parroquia San Luis, basado en la Educación Popular
Transformadora, cultivando procesos de participación con enfoque de derechos en
medio de una realidad opresora de hambre y empobrecimiento inducido por un
modelo gubernamental perverso.
Esta
acción participativa cultiva la formación de una ciudadanía activa, creativa,
perseverante, articulada, forjadora de iniciativas que les ayuden a resistir
ante el modelo opresor impuesto. Una acción que busca la integración de jóvenes
y adultos que construyen sus propias agendas de trabajo respondiendo a sus
necesidades.
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